La agricultura de precisión trata el problema de que no hay suficiente tierra en producción para alimentar a la cantidad de personas que necesitan alimentarse con los métodos agrícolas actuales. Con este tipo de agricultura, los agricultores pueden utilizar sus recursos de una manera más inteligente, con la ayuda de la tecnología.

 Empleando datos de alta precisión, los agricultores pueden aplicar nutrientes, agua, semillas y otros recursos agrícolas para producir más cultivos en una amplia gama de terrenos. Estos datos permiten a los agricultores saber cuánto y cuándo aplicar estos insumos para aumentar el rendimiento pero usando menos recursos.

Los mapas de suelo que identifican la distribución espacial de la textura del terreno dentro de los campos se pueden utilizar para crear mapas de prescripción para la siembra. Esto se logra mediante el examen de la conductividad del suelo en los campos y la evaluación de qué partes de un campo es probable que ofrezcan mejor rendimiento.

Cuando se observa, mide y se responde a la variabilidad de los cultivos dentro y entre los campos, utilizando los mapas de prescripción, el controlador de dosis en la sembradora puede aplicar semillas de manera variable en todo el campo. Los tractores controlados por GPS pueden garantizar que esto se haga de la manera más eficiente.

Existe un estándar para el uso de drones en la agricultura capaz de evaluar las tasas de crecimiento, las condiciones del suelo y las infestaciones de insectos con gran precisión.

Al desarrollar normas que ofrezcan orientación en una situación muy compleja, es más probable que estas técnicas se difundan de manera más amplia, más rápida, proporcionando los alimentos que todos necesitamos de una manera sostenible y responsable.

Gracias a los datos de alta precisión se puede respaldar la producción alimentaria sostenible.